domingo, 4 de septiembre de 2011

No soy la misma persona desde que puedo dormir entre tus brazos. Dejé de ser yo o quien sospechaba que yo era, para ser...esta que soy hoy y que se transforma día a día. Escondo mi cara entre tus pechos y aspiro profundamente tu olor y no existe nada más que ese instante y dos que ya no son dos. Y dentro de mí se alborotan los latidos como mariposas atrapadas en una red buscando libertad. Y las venas ya no llevan sangre, solo el fluir del deseo que florece en la piel, ansiedad quemante que solo se calma al contacto de tu piel. Y como marea invasora mis piernas rodean la playa de tu cuerpo y juego a encontrar tesoros en la orilla...y juego a que mis manos no son manos y si espuma tibia y crujiente que se mezcla entre la arena...

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