sábado, 20 de noviembre de 2010

Una manzana

Se tiene paciencia, se espera, pero no llega. No llega la frase perfecta que describa lo que se siente, ni siquiera una palabra se ajusta a las sinuosidades, curvas y contracurvas del amor. Y se usan los sonidos, las sílabas, como pobres arbotantes de esa perfección que siempre está a punto de surgir, pero que siempre termina huyendo de ese canal de parto que es un misterioso túnel entre el cerebro, el corazón, las cuerdas vocales, la boca, los dedos...Y no hay verbalización posible.
Pero seguir intentando es lo que distingue a los buscadores de la belleza, y quién sabe si no es en la búsqueda misma en donde ésta reside.
Y cuando sacaste de la heladera una manzana y te diste cuenta que tenía un gusanito, y te dio lástima porque seguro tenía frío, y por eso dejaste la manzana fuera...eso es belleza.

1 comentario:

Vade Retro dijo...

Pero que gusto de texto...Son esos detalles pequeños los que nos hacen grandes.
Un saludo.