martes, 20 de julio de 2010

Las inagotables dimensiones de amarla

Su mirada es un caleidoscopio; cambia de acuerdo a lo que sea que la rodee, atmósfera y sensaciones; el foco de la lámpara que está sobre la cama, el reflejo del agua o esa resaca del día que es el atardecer, todo hace eco en sus ojos.
Su tranquilidad es la del arroyo que fluye, acaricia una piedra, peina las algas; pero acaricia a conciencia...aunque si por lluvias o mareas desborda su cauce, se necesita mucha pericia para navegar por sus rápidos y salir ilesa.
Muchas veces su inocencia es de nena chiquita; revela pequeñas cosas que una persona común y corriente quizás escondería por vergüenza (nada horrible ni extraño, solo cosas como el estar convencida de que una palabra significa una cosa cuando significa otra)
Y me gusta cuando me habla y cuando no lo hace y solamente me mira. Y cuando, sin importar lo horrible que sea la película, no puede despegarse de la pantalla hasta que termine. Y amo que sea tan desordenada como yo.
Y cada día que pasa encuentro más dimensiones, detalles, para amarla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quedo cuando dices que es "tan desordenada como yo"...ja,ja,ja...ya somos tres...Te ha salido muy poética la entrada. Hoy es miércoles ¿no? Hoy me he fijado en el titulo de tu blog, menos mal que es lesbianismo tardío si no te la comes a la Topita...je,je...(es la medicación amiga, no hablo yo)
Un besazo maja.

Rosalía Navarro dijo...

Estoy de acuerdo con Norma; poética entrada amiga.
Un beso wapa.

Saudade dijo...

Jajaja, si, me preparaba ya para el miércoles, hoy es jueves, acabo de volver...ya escribiré. Un besote a las dos