domingo, 11 de abril de 2010

Patria por elección

No tengo patria, no me interesan banderas que cubren cadáveres y mentiras. No me interesan fronteras que dividen. No quiero orgullos malentendidos, ni fervores fanáticos.
Solo pertenezco a quien amo, por propia elección y no por azar o imposición bautismal. Su pecho es mi descanso, mi refugio, planicie y montañas, un lugar donde ser y dejar de ser, donde perderse sin temor a no ser hallada. Ella es mi raíz, mi continente, mi isla.
¿Cómo llevar ésto a algo concreto? ¿Cómo se lo explico y hago sentir? Soy totalmente ignorante, y las palabras no bastan. No sé hacer cosas comunes, no sé siquiera mantener una conversación mundana (si me veo envuelta en una situación social en la que se habla de cosas como programas de televisión o el clima, se me esconden las palabras y la cabeza se me escapa a lugares seguros) No sé tomar el camino sencillo, no me sale. Soy incondicional, doy la sangre por las pocas personas cercanas a mí, doy la sangre y el alma y la vida entera por ella. Pero no sé demostrarlo, en forma efectiva, en forma tangente.
Las tardes de domingo de otoño son crueles.

No hay comentarios: